Las normativas de la UE y el fast fashion
- La Circular Moda Comprometida
- 12 jun 2023
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 14 jun 2023
Comités europeos comienzan a tomar medidas energéticas contra las malas prácticas de la industria textil a través de nuevos proyectos de ley y reglamentos, entre los que se incluyen cuestiones de derechos humanos y errores medioambientales.

El impacto medioambiental del sector textil comienza a cobrar una importancia evidente, así lo muestran desde el comité europeo de la UE, con las últimas medidas en contra de las malas prácticas de la moda. Normativas ya propuestas hace unos meses y que cada vez cubren un mayor espacio en el Parlamento Europeo.
Entre las medidas tomadas, destaca la normativa de integrar los derechos humanos y el impacto medioambiental. Hecho que obligará a todas las empresas del sector textil a prevenir y eliminar el impacto negativo de sus actividades. El proyecto ley será aplicado a aquellas empresas que comercialicen en el mercado de la UE y las europeas que operen en otros países, una medida que obliga a la evaluación del impacto de la cadena de valor —suministro, distribución, almacenamiento y gestión de residuos—, y que, sin duda, fijará un antes y un después en la industria.
La UE ha elaborado unas prácticas muy estrictas, pues quien incumpla la normativa será responsable de daños y perjuicios y podrá ser sancionada por las autoridades nacionales. Propuesta que hará a las empresas tener un mayor control y colaboración con los Derechos Humanos, pues se prohibirá la venta de productos realizados mediante el trabajo forzoso.
Fin de la moda rápida
Desde el Comité de la Unión Europea se tiene en mente el disminuir el consumo de la moda rápida mediante recomendaciones para obtener unos textiles sostenibles y circulares: todos aquellos productos que sean vendidos en la Unión Europea deberán ser más duraderos, fáciles de reutilizar, reparar y reciclar.
La propuesta refleja una estrategia esbozada por la Comisión en favor de medidas del medio ambiente. El consumo de la moda rápida comienza a desvelar las consecuencias y se buscan prendas respetuosas con el medio ambiente, circulares y eficientes. Se trata de una resolución adicional adoptada por la Comisión Europea el año pasado, en el marco del nuevo Reglamento de Ecodiseño de Productos Sostenibles (ESPR), cuyo debate podría entrar en vigor en 2025.
La comisión de la UE publicó la semana pasada un informe donde se identifican aquellos países que no cumplirían los objetivos contra el fast fashion para 2025 y el objetivo de vertido para 2035. Portugal, España, Suecia, Francia, Irlanda y Grecia no llegarían a cumplir las nuevas normativas, mientras que, por su parte, Austria, Bélgica, Alemania, Italia y los Países Bajos sí que lo harían.
El Parlamento Europeo no solo se ha centrado en estas leyes, sino que ha querido subrayar el tema de los microplásticos de los textiles, unas diminutas partículas de plástico que proceden de los tejidos sintéticos —poliéster, el nylon o el acrílico—, las cuales acaban en los océanos y afectan a la vida marina.
El fast fashion comienza a encontrarse con dificultades y nuevas normativas. El consumo masivo del textil no beneficia al planeta y desde altos cargos se establecen limitaciones. La integración de los derechos humanos o la producción de prendas más sostenibles son solo el principio de la lucha contra la moda rápida.
La Circular
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